Aunque exista la probabilidad de que ocurra un movimiento sísmico ningún ciudadano se encuentra preparado para una eventualidad de esta magnitud, debido en gran medida a la escasa conciencia sobre la posibilidad real de que esto pueda suceder en nuestro entorno. Teniendo en cuenta el rechazo que genera el sólo hecho de mencionar la inminencia de un terremoto (aunque también sea imposible predecirlo con exactitud), hay que desmitificar el fenómeno y aprender que con medidas efectivas de prevención se puede mantener el control durante y después de un evento sísmico, empezando por el dominio de situaciones de pánico.