Los hominidos hacen su aparición hace unos 4, 6 millones de años en el sur de África, posteriormente miembros de nuestra misma especie, el Homo sapiens, pero nuestros ancestros, hace algunos miles de años abandonan el continente negro, y comienzan a desenvolverse en un medio ambiente, en el cual la naturaleza, aun podía ser contemplada en todo su esplendor. El Hombre como cualquier otro animal, solo le “quitaba” a la Tierra. Lo justo y necesario para sobrevivir en un mundo que si bien le era hostil, le permitía sobrevivir. Es así como esta especie de primate, el Hombre y la naturaleza formaban parte de la armonía del complejo sistema natural, dentro del cual, aun cumplíamos un papel de equilibrio en los ecosistemas de aquellos remotos y nebulosos tiempos. Sin embargo, la especie humana fue lentamente evolucionando, su inteligencia comenzó a desarrollarse, sus inventos y su numero comenzaba a aumentar peligrosamente, comenzando a modificar seriamente su hogar, es decir, comenzaba a hacer uso y abuso de la tierra, dejando de cumplir su rol o papel en el Medio Ambiente natural. Empezó a quitarle lugar a las demás especies con las que convivía y ya no cazaba solo para alimentar a los suyos, y tampoco para aprovechar las pieles para protegerse, sino ahora comenzaba a cazar por codicia. Sus nuevas creencias en el caso de algunos, le indicaban que se trataba de especies peligrosas que había que eliminar por diversión, mientras a otra gran cantidad de especies las daño, al quemar y destruir su hábitat, contaminando el agua y arrasando de muchas maneras los boques nativos y los ecosistemas en general. En la actualidad y pese que somos herederos del conocimiento de al menos 10.000 años desde las primeras civilizaciones y aproximadamente unos 6.000 años desde que los primeros humanos modernos empezaron a trazar lo que hablábamos, es decir, aprendimos a escribir, el hombre sigue destruyendo la naturaleza: la sobrespesca, el avance de la erosión, el calentamiento global, que hace tan solo una década considerábamos una teoría, la desertificación, la destrucción de humedales, el aumento de la basura, etc. solo la ,desertificación aumenta cada año a mas de 70.000 kilómetros cuadrados, eliminando grandes cantidades de extensiones naturales de vegetación y a la fauna silvestre se le sigue exterminando con modernas técnicas, disparando desde helicópteros, modernos autos y embarcaciones, con trampas, con venenos domésticos e industriales, en el campo y otras áreas, con perros adiestrados, con armas como los rifles a poston considerados juguetes, con explosivos, y venenos como el cianuro y la estricnina, productos considerados prohibidos. Muchos productos químicos y venenos que empleamos ascienden por la cadena trofica causando verdaderos estragos en los predadores naturales, concentrándose en los diversos organismos, conduciéndoles muchas veces a quedar estériles o a dolorosas muertes. A la fecha, nuestra especie ha arrasado con mas de 270 especies de vertebrados (aves, mamíferos, reptiles, peces y anfibios) es decir con especies como nosotros, y seguimos en esta loca carrera por seguir incorporando mas especies a la larga lista del camino a la extinción y lamentablemente si bien muchos se han logrado dar cuenta y comienzan a cambiar sus conductas, muchos otros prefieren seguir en lo mismo de siempre, y no se dan cuenta que los desequilibrios que estamos causando, y que antes escuchábamos decir “esos daños dañaran al hombre tarde o temprano”, ya los comenzamos a visualizar. Eso sin contar nuestro número actual, mas de 7.000.000.000 mil millones de humanos, con lo que hoy podemos decir, casi con certeza, “Somos mas los que ahora vivimos, que todos, los que jamás han muerto”. Quizas el día que realmente asumamos estos errores, quizas nos avergonzaremos de nosotros mismos y del nombre que orgullosamente le hemos dado a nuestra especie: Homo sapiens (hombre pensante), pero quizas, solo quizas, en ese momento, ya sea demasiado tarde y tendremos que contentarnos con la extinción de muchas otras especies que permiten la vida en el planeta, quizas con el ocaso de nuestra civilización. Esperemos que el interés de nuestros hijos y su sensibilización nos hagan a todos o al menos a la mayoría no solo reflexionar de manera correcta, sino lo mas importante actuar de manera correcta. Amigos míos, sin conocimiento, no hay posibilidad de cuidar el mundo, no el que nos rodea como muchas veces se escucha decir erróneamente, sino al que pertenecemos. No destruyamos lo que la gran madre naturaleza, le ha costado tantos millones de años construir y preservar. José Luis Brito MonteroProfesor con mención en Medio Ambiente y Licenciado en EducaciónEspecialista en Fauna SilvestreConservador/Curador